Junior conquistó su undécimo título en el fútbol colombiano, luego de vencer en el juego de vuelta de la final al Deportes Tolima en Ibagué, un gol por cero y con un contundente global de 4-0 gritó campeón.
José Enamorado, se convirtió en el mejor jugador de la final, siendo el autor del tanto del equipo Tiburón, que selló la estrella de diciembre para el equipo barranquillero, que impuso su jerarquía en la fase final del campeonato de la mano de Alfredo Arias.

Sin drama. Sin credo en la boca. Sin estampitas en la mano. Sin crucifijos apretados. Sin banquete de uñas. Sin angustias. ¡Por fin se dio como el juniorismo lo pedía y lo soñaba! Junior jugó con jerarquía y corazón para imponerse 1-0 al Deportes Tolima (4-0 en el global) y coronarse campeón indiscutible de la Liga II.
‘El Tiburón’, a pesar de jugar con diez hombres durante más de la mitad del cotejo, se tragó una vez más al ‘Pijao’ con una garra, compromiso, armonía grupal y una nueva genialidad del MVP de la final, José Enamorado.
Los rojiblancos superaron en todo a los vinotinto y oro, a los que no les bastaron sus ganas y la hostilidad de los hinchas para acercarse siquiera a una remontada épica.
En ningún momento se aproximaron a una gesta que le arrebatara el undécimo título a Junior.
Deportes Tolima comenzó como un tsunami, con el aliento de su esperanzada hinchada, que no llenó el estadio Manuel Murillo Toro, pero se hizo sentir a través de los que asistieron.
Pretendía atacar por todos lados, explotando mucho los costados, lanzando centros y queriendo imponerse en los tiros de esquina y otras pelotas quietas.
La idea era clara, tratar de intimidar y arrasar a Junior sacando rápido, presionando, acosando y sometiéndole en su propio campo.
Lo logró en los primeros 15 minutos, sin elaborar una opción clara de gol. ‘El Tiburón’, a pesar de la tensión y algunos sustos, asumió una actitud firme, despierta y aguerrida en medio del impetuoso comienzo del local.
Pero Junior se lo quitó de encima y le bajó los ánimos al Tolima con un letal contragolpe que redondeó José Enamorado tras un pase preciso de Yimmi Chará, en el minuto 16.
Enamorado necesito una sola jugada para silenciar el Murillo Toro y aumentar la ventaja del cuadro caribeño en la serie. Una exacta y vistosa resolución para darle más razones al técnico Néstor Lorenzo para que le eche un ojo en la selección Colombia.
Con Néstor Lorenzo en un palco viéndolo de cerca, Enamorado ratificó su estelar momento y le dio calma a sus compañeros, que empezaron a crecer en la recuperación y en la posesión de la pelota ante un rival desesperado e impotente, que le costaba una enormidad poner en riesgo el arco de Silveira.
🦈🏆⚽ ¡DEFINICIÓN DE CRACK, JOSÉ ENAMORADO APARECE DE NUEVO EN #LAFINALxWIN! El extremo de Junior la picó ante la salida de Fiermarin y abre el marcador ante Tolima en el Manuel Murillo Toro. pic.twitter.com/yR7A7vlUHm
— Win Sports (@WinSportsTV) December 17, 2025
No obstante, los ‘Pijaos’, por más que el público ya no tenía la misma fuerza y ellos ya no estaban poniendo contra las cuerdas a los rojiblancos, nunca dejaron de luchar en medio de sus limitaciones técnicas en el frente de ataque.
Junior ya controlaba el juego y reiteraba que no había venido a Ibagué a arrinconarse en su arco. Todo pintaba favorable hasta que Guillermo Paiva cayó en la trampa de Marlon Torres como Sebastián Guzmán en la de Teófilo Gutiérrez.
Torres, que junto a Rovira venían agarrando de todas las maneras posibles a Paiva, terminó irritando al paraguayo, que reaccionó infantilmente y fue expulsado.
Los aficionados del vinotinto y oro festejaron la roja como si fuera un gol. Resultó una inyección de ánimo en la cancha y en la gradería.
Tolima provocó sus dos mejores acercamientos en la agonía de esa primera etapa. Dos rebotes tras rechazos de Silveira pudieron haber terminado en gol, pero Rivas sacó uno casi en la raya y en el otro Velásquez le pegó sin dirección.
Junior se fue al vestidor con la tranquilidad de la ventaja 4-0 en el marcador global, pero con el estrés de que todavía restaban 45 minutos con solo diez hombres.
Sin embargo, Arias, que fue valiente en el planteamiento del partido y salió con un equipo ofensivo a jugar de tú a tú y sin temores, supo reforzar y compensar el hombre de menos con la inclusión de Guillermo Celis en lugar de Castrillón.
Como era de esperarse, Tolima salió con todo en busca de la épica frente a un Junior que dejó a Enamorado huérfano en punta y no atinaba a retener el balón.
‘El Pijao’ insistía e insistía como mosca en ventanal. Intentos infructuosos, sin la suficiente calidad, y sucumbiendo ante la firme resistencia del ‘Tiburón’.
No hubo goteras, ningún descuido, cero pifias. Celis fue un cerrojo más para un equipo que estaba comportándose lo suficientemente seguro con Jermein Peña y Lucas Monzón en modo imperial, con Didier Moreno más gigante y acertado que nunca, con dos laterales, Suárez y Guerrero, que iban a a todas por arriba y abajo, con un Chará gladiador y un Rivas agresivo y que sabía desahogar.
Un maravilloso esfuerzo colectivo. Junior fue un conjunto solidario, concentrado y enjundioso que batalló en cada jugada. Nunca aflojó, jamás parpadeó.
Cuando el equipo sufría el desgaste que implicaba jugar con 10 hombres, Arias volvió a meter mano y refresco su escuadra.
Teófilo Gutiérrez entró con su experiencia a poner el partido en el congelador. De nada sirvieron los coros y todo lo que le tiraron encima los aficionados pijaos, Teo sacó su casta para darle trámite a la victoria.
Esparragoza, Herrera y Báez tampoco desentonaron y dieron su crucial aporte para finiquitar la final menos dramática de la historia de Junior.
Tolima se resignó y deshilacho, a pesar del hombre de más, porque nunca superó en combatividad a este Junior que jugó y guerreo en la etapa más trascendental del torneo.
Parte de la fanaticada anfitriona terminó sumergida en un mar de frustración y violencia contra los hinchas infiltrados de Junior y con la Policía que trataba de calmar los ánimos.
Fuente Cortesía El Heraldo
Nota: Rafael Castillo Vizcaíno.

